Sorprendente este artilugio que me he encontrado leyendo el siempre interesante blog de Eliax, y es que científicos Japoneses de la Universidad de Osaka han desarrollado una tecnología que permite escribir con un átomo cada vez, aprovechando el hecho que los átomos silicio se intercambian con átomos de estaño sobre la superficie de un superconductor si ambos están a una distancia cercana..
Este nanolápiz fue capaz de escribir el símbolo químico del silicio que es «Si» con átomos (en la imagen), y la palabra entera mide apenas 2×2 nanómetros, lo que significa que puedes repetir la palabra «Si» unas 40000 veces, y el ancho total de esta oración sería apenas el grosor de un cabello humano.
Como se trata de una escritura a nivel atómico, los propios desarrolladores aseguran que no es posible escribir más pequeño que esto, la verdad, que no me imagino algo escrito sobre un protón o un neutrón, pero bueno, tras esta noticia cualquier cosa es posible.
Fuente: Eliax
Destruir la células del cáncer en diez días. Esta afirmación, que parece más un eslogan de algún producto para perder peso que un importante avance es lo que aseguran científicos japoneses de la Universidad de Sanidad e Higiene que han desarrollado un tratamiento capaz destruir las células del cáncer en tan sólo diez días.
El avance es esperanzador y sorprendentemente novedoso, pues la nanotecnología tiene un papel fundamental, de hecho, estamos ante la primera utilización del famoso «nanotubo de carbono» en una aplicación médica.
El tratamiento por tanto, es combinado, a la ingesta de un fármaco se le añade la tecnología láser para mejorar su rendimiento se utiliza el citado nanotubo de carbono, que bajo el microscopio, representa una sustancia en forma de polvo parecida a una fibra extrafina.
Este nanotubo ayuda al fármaco a llegar más eficazmente hasta la célula. Los experimentos con ratones mostraron que las células del cáncer sometidas a un tratamiento con rayos láser durante 15 minutos diarios dejaban de existir dentro de diez días.
El paso siguiente será, naturalmente, probar su método en animales de tamaño grande, y después, proceder al tratamiento de las enfermedades oncológicas en las personas.
Fuente: Ria Novosti
De vez en cuando, nos enteramos de alguna noticia que hace años vaticinaba la ciencia ficción y que con el desarrollo que conllevan los años vemos que aquellos sueños de cómics y películas se hacen realidad. En esta ocasión, se trata del desarrollo de un microscopio de alta resolución supercompacto, lo bastante pequeño para caber en la punta de un dedo.
El artilugio combina la tecnología del chip tradicional de ordenador con la microfluídica, la conducción de fluidos a escalas increíblemente pequeñas. Los encargados de esta proeza son unos investigadores del Instituto Tecnológico de California, que además, han logrado que opere sin lentes y tenga el poder de magnificación de un microscopio óptico de alta calidad.
Las utilidades pueden ser infinitas, obviamente, se puede transportar con facilidad y usarse en cualquier lugar para analizar muestras de sangre en pruebas para la detección de la malaria, o para analizar suministros de agua con el fin de comprobar la existencia de giardias y otros organismos patógenos, y se puede fabricarse en serie por el irrisorio precio de 10 dólares.
Lógicamente esto abre puertas a un futuro donde los microscopios en chips podrían incorporarse en dispositivos que se pudieran implantar en el cuerpo humano, con un sistema de análisis que funcionase de manera autónoma vigilando lo que llega por el torrente sanguíneo y aislar células cancerosas sueltas con las que se encontrase. Pero esto por ahora, es sólo ciencia ficción, es sólo cuestión de tiempo.
Fuente: Electrónica fácil
Un equipo de científicos del Manchester Metropolitan University en Inglaterra han logrado crear una pintura a base de nano-partículas que mata a todo tipo de bacterias y virus que hagan contacto con esta pintura.
La primera aplicación que nos viene a la cabeza es inevitable, pintar nuestro hogar con esta sorprendente pintura y evitar así que entren estos microorganismos. De hecho, uno de los grandes problemas es la adaptación constante a los medicamentos que tomamos, y la necesidad de desarrollar nuevas vacunas para enfermedades que teníamos controladas.
La clave es continuar con la utilización de dióxido de titanio para dar a la mezcla más brillantez a los colores pero trabajando a escalas de partículas ultra-pequeñas, ya que según han descubierto, las nano-partículas reaccionan con moléculas de agua formando radicales de hidróxido, los cuales tienen la particularidad de corroer las membranas de los virus y bacterias convirtiéndolos en inofensivos «bichitos».
Fuente: Eliax
Un grupo de investigadores alemanes ha creado un dispositivo que imita parcialmente el proceso mediante el cual las arañas producen su delgada pero al tiempo ultrafuerte seda (unas cinco veces más fuerte que el acero).
Los detalles de cómo lo han conseguido los han publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Lo interesante es que han conseguido observar como una araña fabrica su hilo en los pasos iniciales, lo que les ha valido para entender que variables son necesarias para crear este tipo fibras ultra resistentes y poder imitarlas en el laboratorio.
Los componentes naturales de la tela de araña son dos proteínas solubles en agua que son segregadas por estos animales. Para imitar este proceso, el equipo fabricó dos proteínas de seda de araña genéticamente tratadas utilizando una bacteria logrando varios grados de fibra usando diferentes combinaciones de proteínas y sales.
A pesar del avance esta investigación tan solo añade un poco de luz el complicado proceso que aún se resiste a ser totalmente descifrado.
Fuente: Proceedings of the National Academy of Sciences
Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del Consejo Superior de Investigaciones Cinetíficas (CSIC) han construido el primer nanomotor térmico del mundo, que se mueve por diferencias de temperatura.
Se trata de un nanotubo de carbono capaz de desplazar cargas y de girar como un motor convencional, pero que es mil veces más pequeño que el ojo de una aguja.
Este nanomotor térmico funciona por diferencias de temperatura que permiten hacer que los objetos se muevan por un espacio o bien roten sobre su propio eje y abre las puertas a la creación de nuevos dispositivos nanométricos capaces de realizar tareas mecánicas, con aplicaciones futuras en ámbitos como la biomedicina a los nuevos materiales.
Según Riccardo Rurali, investigador del Departamento de Ingeniería Electrónica de la UAB, se ha demostrado que en una nanoescala «se puede desplazar un objeto pequeño pero no sencilla ni mecánica ni eléctricamente».
Fuente: EFE
Empleando nanotubos, un grupo de ingenieros estadounidenses ha fabricado una radio de transistores mucho más pequeña que un grano de arena.
Aun cuando esa radio sólo puede captar una estación, su fabricación constituye un gran paso para la fabricación de otros aparatos minúsculos y mucho más avanzados, según se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Estos científicos, de la Universidad de Illinois realizaron esta proeza utilizando nanotubos, constituidos por hileras de átomos centenares de miles de veces más finas que un cabello humano pero en conjunto constituyen un material semiconductor que puede aplicarse a aparatos y circuitos electrónicos.
Las radios están formadas por dos amplificadores de frecuencia radiofónica y un mezclador de frecuencia, todos ellos fabricados con materiales de nanotubos. Los audífonos, que son de tamaño normal, se aplican directamente a un transistor hecho también con nanotubos y el cual usa una antena también de tamaño normal.
Estamos sin duda ante un importante paso en el desarrollo de nuevas plataformas para la tecnología electrónica.
Imagen: Nanoradio. A la derecha, detalle de los componentes fabricados con nanotubos de carbono.
Fuente: ADN
Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, dirigidos por el profesor Yi Cui han desarrollado una tecnología que puede aumentar la autonomía de las baterías por 10 veces. Para lograrlo, han modificado el ánodo de las baterías recargables de ion-litio.
Este nuevo tipo de ánodo no utiliza grafito, sino nano-filamentos de silicio, en que el litio es almacenado en una maraña de estos nano-filamentos, capaces de inflarse hasta cuatro veces cuando absorben el litio. En las baterías convencionales, la cantidad de carga, en forma de litio, que puede almacenar el nodo de grafito está limitada y se expande y contrae al cargarse y descargarse, lo que afecta al rendimiento de la batería.
Esperemos que este nuevo desarrollo llegue pronto a nuestros hogares y podamos irnos de viaje una semana sin pensar en llevar una mochila a parte para transportar los cargadores de todos los aparatos electrónicos.
Vía | Barrapunto
Fuente: Ami – Inteligencia Ambiental
He publicado muchos artículos donde los nanotubos de carbono parecían ser la panacea del mundo nanométrico, los que conseguirían, gracias a sus sorprendentes propiedades, monopolizar los avances nanotecnológicos. Es por eso que esta noticia me ha sorprendido, según publica la revista Newsciencist, recientes ensayos con tubos construidos con nitruro de boro demuestran que estos tienen muchas de las propiedades de los nanotubos de carbono pero con características superiores en algunas aplicaciones electrónicas. Por ejemplo, las simulaciones muestran que bajo esta estructura los nanotubos de boro tendrían propiedades eléctricas de conductores metálicos, pero también de semiconductores, permitiendo su utilización en nanodispositivos similares a diodos y transistores.
Un nanotubo es una estructura tubular con unas dimensiones del orden del nanometro, aproximadamente 1000 veces más pequeño que un cabello humano. Pero no solo el carbono y el boro son capaces de crear estas estructuras, hoy sabemos que estas estructuras tubulares se extiende a casi todos los compuestos inorgánicos que forman estructuras laminares.
Pese a este sorprendente hallazgo, parece ser que la estructura más compleja e inestable de los nanotubos de boro (mejorada por los científicos añadiendo un átomo extra en el centro de algunos de los hexágonos) evitará que estos desplacen a los nanotubos de carbono en la mayoría de áreas.
Fuente: The Inquirer
Ingenieros de la Universidad de Cambridge han desarrollado un nuevo tipo de fibra de carbono para confeccionar lo que han denominado como superarmaduras fabricadas con nanotubos de carbono.
Los investigadores dicen que su material es varias veces más fuerte, más duro y rígido que las fibras que se utilizan actualmente para hacer corazas de protección. Pero además, mucho más ligero, ya que está confeccionada por millones de diminutos nanotubos de carbono, que le confiere unas extraordinarias propiedades.
Estamos ante la fibra sintética mas fuerte construida hasta la fecha. «Estas fibras de nanotubos poseen características que les permiten ser tanto paños de tejido como auténticos productos super fuertes», dijo el Profesor Windle, director del desarrollo, que también asegura que las propiedades de este material superan a las del Kevlar.
Vía | Slashdot