Venus y la Tierra: Mundos aparte
A Venus se le conoce comúnmente como el planeta gemelo de la Tierra, pero en cuanto a ser similares, estos dos planetas lo son tanto como si comparásemos a Arnold Schwarzenegger con Danny DeVito.
Después del Sol y la Luna, Venus es el tercer cuerpo más brillante en nuestro cielo y debido a ello es que recibió mucha atención por parte de todas las grandes civilizaciones antiguas, incluyendo a los Mayas, los Egipcios y los Griegos. Desde fechas tan antiguas como el año 1600 a. C., los Babilonios mantenían registros de sus movimientos en el cielo.
Pero en tiempos modernos, nuestro vecino más cercano ha sido descuidado, por así decirlo, y únicamente se han dedicado tres misiones a estudiar a este planeta lleno de nubes. Como resultado, aún existen muchísimas cosas sobre Venus que los astrónomos desconocen. Aún las propias cosas que sí conocen relativamente bien, como el contenido de su atmósfera, velocidad de rotación y la textura de su superficie, continúan presentando muchas incógnitas.
La Agencia Espacial Europea tiene planes para lanzar un satélite, el Venus Express, lleno de instrumentos que orbitará la “estrella del atardecer” durante dos años. Durante el transcurso de la misión, el satélite rebotará ondas de radio de la superficie ‘joven’ del planeta, tomará fotos de su arremolinada atmósfera, tomará la temperatura de las nubes y buscará señales de un posible campo magnético.
Todos estos datos ayudarán a los científicos a un mejor entendimiento de un planeta que desde afuera se parece a la Tierra en sus principios y que quizá revele algunas pistas sobre la existencia de vida.
Problema en la atmósfera
Cielos despejados, temperaturas de alrededor de 26 grados Celsius y una ligera brisa son la receta perfecta para un día tranquilo en la Tierra, pero sería muy difícil de encontrar algo así en Venus.
Primero que nada, no existe tal cosa como cielos despejados en Venus. El planeta completo está cubierto por una densa capa de nubes de alrededor de 64 kilómetros de espesor. La atmósfera es tan densa que caminar sobre la superficie de Venus sería como caminar bajo 1000 metros de agua aquí en la Tierra, seríamos aplastados.
Y aunque Venus refleje alrededor del 80 por ciento de la radiación del Sol – aunque la Tierra absorbe más – podemos olvidarnos de tener un día de 26 grados. La atmósfera de Venus es de alrededor de un 95 por ciento dióxido de carbono, el cual atrapa el calor del Sol tan eficientemente que las temperaturas en la superficie tienen una media de más de 460 grados Celsius. Eso convierte a Venus en un planeta más caliente que Mercurio, aún estando al doble de la distancia del Sol y recibir solamente el 25 por ciento del resplandor solar.
Sin embargo podría tenerse una ligera brisa. Los vientos en la atmósfera superior soplan a más de 320 kph. El viento en la superficie es de apenas unos pocos kilómetros por hora. Pero he aquí el problema: Como el aire que se mueve a su alrededor es tan denso, una brisa suave en la cara, sobre Venus, sería como si nos golpease un camión de carga, según los científicos.
¿Vida en el cielo?
Mientras que la atmósfera refleja la mayor parte de la radiación solar, hay regiones en las capas superiores de las nubes que absorben cerca de la mitad de la radiación ultravioleta dirigida al planeta. Estos puntos ocurren de forma global, mostrándose ahora en un área, ahora en otra, algo así como un surgimiento de algas en el mar. También contienen una abundante cantidad de un compuesto del azufre como nada visto aquí en la Tierra.
Los científicos no han sido capaces de explicar que es lo que absorbe toda la luz ultravioleta en la región. Algunos científicos creen que estas regiones misteriosas podrían contener organismos microbianos de fotosíntesis, como esos que viven en las gotas de agua de las nubes en la atmósfera de la Tierra.
«Podrían realizar la fotosíntesis en el ultravioleta en oposición al espectro visual. Es una cantidad de energía tremenda si puede utilizarse en lugar de que lo mate a uno”, dijo David Grinspoon, un científico planetario de la NASA en el Southwest Research Institute. «Es poco común, pero la selección natural siempre saca el mejor partido de la adversidad”.
La presencia de azufre es algo contra intuitivo para la vida, ya que demasiado azufre es generalmente dañino para los organismos. Pero reacciona de formas interesantes a la luz ultravioleta, dijo Grinspoon y podría ser utilizado como una pantalla solar para organismos y ayudar a maniobrar la energía necesaria para el metabolismo.
Las nubes de Venus parecen tener todo lo necesario que se requiere para que se inicie la vida, incluyendo fuentes de energía y un medio líquido, aunque aún está por verse si las gotitas son lo suficientemente estables para durar el tiempo requerido por los organismos para vivir y reproducirse.
No es tan caluroso en la capa superior de nubes a como lo es en la superficie e inclusive existe un poco de oxígeno alrededor, que se produce cuando la luz ultravioleta reacciona con el bióxido de carbono. Aunque sólo porque en nuestro planeta muchas formas de vida ansían el oxígeno y no pueden soportar demasiado azufre, eso no quiere decir que suceda lo mismo en otras partes.
«Somos ignorantes respecto de la vida en el universo”, le dijo Grinspoon a Space.com. “Sólo tenemos un planeta que nos sirve de ejemplo y en la ciencia no es bueno derivar información de una sola muestra”.
Los relámpagos levantan discusión
Los relámpagos caen a la Tierra varios cientos de veces por minuto, pero hasta donde los científicos han estudiado a Venus, no han sido capaces de decir si existen realmente en Venus y es muy importante para los investigadores resolver este misterio.
«El lado técnico es que los rayos destruyen equipos en la Tierra todo el tiempo. Si vamos a poner un equipo en la atmósfera de Venus o en algún lugar de alguna nube, tenemos que tener mucho cuidado con los relámpagos”, dijo Chris Russell, física planetaria de UCLA. “Desde un aspecto planetario lógico, los rayos aumentan la temperatura hacia temperaturas aún más altas y entonces la química que no ocurre en otras ocasiones puede llegar a tener éxito. Quizá los relámpagos fueron importantes para el origen de la vida en la Tierra”.
Existen dos formas comprobadas para detectar relámpagos en la Tierra – escuchar la interferencia con las frecuencias electromagnéticas del radio o verlos directamente. Desgraciadamente, lo que aquí funciona bien no ha producido resultados consistentes allá.
En misiones previas, los científicos pensaron que habían que habían detectado sonidos reveladores de relámpagos en la cara del atardecer del planeta. Pero cuando la Cassini-Huygens realizó dos órbitas bajas por Venus en su camino hacia Saturno, los resultados fueron diferentes.
«No vimos nada, simplemente nada”, dijo Donald Gurnett, un físico de la Universidad de Iowa quien ayudó a controlar las lecturas de la Cassini. “Pero cuando volamos sobre la Tierra, comenzamos a detectar relámpagos hasta a mitad de camino hacía la Luna y los estamos detectando en Saturno”.
Podría ser que la atmósfera es tan espesa que oculte a los relámpagos de nuestra vista. Pero otro problema podría que estamos tratando de buscar señales de relámpagos que van de una nube hacia el suelo, lo cual puede no ocurrir en Venus, debido a que la atmósfera más baja es demasiado espesa para que los relámpagos puedan pasar por ella.
«Sobre Venus podríamos ver arcos más grandes viajando horizontalmente o en la parte superior de la ionosfera, de manera que el parámetro básico de radiación podría ser diferente”, dijo Russell.
La sonda Venus Express esta equipada con una cámara que puede obtener fotos en infrarrojo y espectros visuales, así como con un dispositivo denominado Magnetómetro de Reja de Flujo, el cual investiga señales de rayos 128 veces por segundo. En dos años de recorrido por Venus con estos dispositivos debería proporcionarnos una mejor idea respecto de la existencia de rayos en ese planeta.
Aspecto joven
Venus se formó casi al mismo tiempo que la Tierra, hace unos 4600 millones de años, pero no se diría que fuese así, solo por verla.
«La superficie de Venus aparenta ser joven geológicamente, de unos 500 millones de años”, dijo Steven Hauck geólogo planetario en la Case Western Reserve University. «Y sabemos esto por la aparente falta de cráteres de impacto”.
El planeta se encuentra desprovisto de cráteres de impacto, sugiriendo que en algún momento sucedió un evento geológico importante que reformó al planeta por completo. Esta es otra idea a debate, ya que la superficie no muestra placas tectónicas obvias o actividad sísmica y tampoco podemos decir si esta aún activo volcánicamente.
«No vemos los resultados de movimientos horizontales que son parte de las placas tectónicas que conocemos en la Tierra”, dijo Hauck. “Tampoco podemos distinguir si esto fue un período largo que llegó a un final o una reforma global catastrófica de la superficie del planeta”.
El planeta gira en el sentido contrario de las manecillas del reloj, opuesta a la manera que lo hacen la Tierra y la mayoría de los otros planetas y lo hace excesivamente lento – un día en Venus equivale a 243 días de la Tierra. Los científicos han especulado que una colisión masiva con un asteroide hace mucho tiempo, pudo haber revertido y desacelerado el giro de rotación de Venus. Este suceso pudo también ocasionar una reacción global volcánica que condujese a una reestructuración de la superficie del planeta.
Le llevará menos de medio año a la sonda Venus Express el viajar a Venus y considerando nuestra falta de conocimientos del planeta hermano y la posibilidad de que las nubes puedan tener vida, es algo sorprendente que la Venus Express sea solo la cuarta misión dedicada al estudio de Venus.
«Necesitamos más misiones a Venus para contestar realmente los grandes misterios acerca de este planeta”, dijo Grinspoon. «La Venus Express será una gran misión y nos dirá mucho acerca del planeta, pero creo que para obtener un mejor conocimiento, tendremos que hacer algo más que simplemente orbitar el planeta. Necesitamos adentrarnos y explorar las nubes y la superficie directamente.
Fuente: Space.com
Traducción: Astroseti