La camiseta que salva vidas
La ropa también puede pensar. La última apuesta de la tecnología al campo de la salud es una «camiseta inteligente» para enfermos del corazón. El Hospital Clínico de Madrid dirigirá un ensayo europeo que permitirá controlar a 200 pacientes con insuficiencia cardiaca.
A simple vista parece sólo una prenda de ropa interior. Es cómoda, flexible, lavable y de un color blanco convencional. Pero es algo más que una simple camiseta. En su cara interna dispone de diez sensores que al entrar en contacto con la piel controlan las constantes vitales.
Registra el ritmo y la regularidad de los latidos del corazón como si se tratara de un electrocardiograma, detecta arritmias, mide la frecuencia respiratoria y la retención de líquido en los pulmones que dificulta la respiración a los enfermos cardiacos.
Todos estos datos son vitales para las personas con el corazón más débil, con una insuficiencia cardiaca que impide al músculo bombear la suficiente sangre para mantener en buen estado la circulación.
Al enfundarse en esta «camiseta inteligente» el paciente queda conectado a un programa de telemedicina que permite a un equipo sanitario vigilar a los enfermos desde la distancia; incluso actuar precozmente antes de que su estado se deteriore. El paciente recibe instrucciones sencillas a través de un ordenador de mano, un teléfono móvil o el teletexto del aparato de televisión. Como si se tratara de una consulta virtual, en la que el médico puede recomendar cambios en la dieta o en la medicación, insistirle en que practique alguna actividad física o pedir el ingreso en el hospital si la «camiseta inteligente» hace saltar las alarmas.
«Suena fantástico, ¿verdad?», bromeaba el cardiólogo Julián Villacastín durante su presentación en el simposio sobre investigación traslacional, celebrado en el Hospital Clínico de Madrid. Pero no es sólo una buena idea, se trata de un proyecto de investigación europeo que se materializará en pocos meses. El proyecto, denominado «My Heart», ha sido diseñado por investigadores del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico, en colaboración con las universidades politécnicas de Madrid y Valencia y el Hospital Universitario de Aachen (Alemania). También han participado las empresas Medtronic y Philips en el desarrollo.
Un presupuesto de 35 millones
La idea cuenta con el respaldo de la Unión Europea, quien ofreció su apoyo a la mejor solución médica que incorporara los últimos avances en telecomunicaciones, ropa biomédica y microelectrónica. De los 15 proyectos europeos presentados, el trabajo español ha conseguido los fondos del VI Programa Marco de Investigación de la UE, que financiarán los 35 millones de euros del proyecto.
Julián Villacastín, director de la Unidad de Arritmias del Clínico, es una de las almas del proyecto que podría cambiar en los próximos años el manejo de los enfermos de alto riesgo cardiaco. Dirigirá y diseñará el primer ensayo clínico para demostrar la eficacia y utilidad en pacientes con insuficiencia cardiaca grave. El ensayo arrancará el próximo mes de junio y contará con doscientos enfermos graves de varios centros europeos. Los requisitos para enrolarse serán muy estrictos: enfermos con el corazón muy castigado, con un diagnóstico de insuficiencia cardiaca y al menos un ingreso hospitalario previo.
Hasta entonces el equipo del Clínico deberá perfilar el ensayo. Decidirá con qué soporte técnico (móvil, ordenador o televisión) los pacientes con una media de edad avanzada se encuentran más cómodos, cuántas veces al día se deberá controlar al enfermo o qué tipo de personal sanitario integrará la consulta virtual.
Dar seguridad al paciente
El objetivo final es mejorar la calidad de vida de unos enfermos obligados a volver una y otra vez al hospital. Se estima que la insuficiencia cardiaca representa cerca de un millón de hospitalizaciones anuales, más que todas las enfermedades oncológicas juntas. En España se producen anualmente cerca de 80.000 ingresos hospitalarios por insuficiencia cardiaca. Y el número de pacientes avanza, a medida que la población envejece.
Programas como «My Heart» aliviarán la presión de los hospitales, pero también ofrecerán un apoyo psicológico importante en pacientes tan frágiles, asegura Villacastín. «Nuestra idea es involucrar cada vez más a los enfermos en su cuidado, pero al mismo tiempo proprocionando los medios para que se sientan protegidos».
Autor: N. Ramírez de Castro
Fuente: ABC