Un útero primordial hecho de arcilla
¿Del barro venimos? Tal vez en efecto sea así, según dicen algunos científicos que estudian los posibles lugares de aparición de la vida sobre nuestro planeta.
La geoquímica Lynda Williams de la Universidad del Estado de Arizona y sus colegas han descubierto que ciertos minerales arcillosos en las condiciones existentes en el fondo de los océanos podrían haber actuado como incubadoras para las primeras moléculas orgánicas sobre la Tierra.
La investigación de Williams sugierte que algunos de los materiales fundamentales necesarios para la vida podrían haber llegado a surgir en las profundidades marinas. Los resultados de los experimentos de la científica serán publicados en el artículo «Organic Molecules Formed in a Primordial Womb» (“Moléculas orgánicas formadas en un útero primordial”) en el número de noviembre de la revista Geology.
Williams y su equipo imitaron las condiciones de se encuentran en los conductos hidrotermales a lo largo de las líneas donde las placas tectónicas convergen en el lecho oceánico. Los conductos son fisuras del suelo marino que expulsan agua súper-caliente en forma muy similar a lo que hacen los volcanes submarinos.
Por trabajos anteriores, los investigadores sabían que con temperaturas y presiones lo suficientemente altas, las emanaciones volcánicas podían producir el compuesto químico metanol. Lo que los científicos no sabían es cómo podía el metanol sobrevivir a las intensas temperaturas de entre 300 a 400º C.
“Cuando lo escuché por primera vez, pensé “eso es extraño””, dijo Williams refiriéndose a la formación del metanol. “Se supone que el metanol se descompone a esas temperaturas. Así que me pregunté a mí misma: ¿Qué lo puede proteger?. La respuesta estaba en los minerales arcillosos comunes”.
Williams propone que la arcilla en expansión que se encuentra rodeando a los conductos hidrotermales podría haber servido como un “útero primordial” para las moléculas infantiles, protegiéndolas dentro de sus capas minerales. Diseñó entonces un experimento que podría comprobar si el compuesto orgánico metanol resultaría protegido entre las capas de arcilla.
Williams y su equipo simularon el intenso calor y la tremenda presión del lecho oceánico dentro de un recipiente presurizado. La reacción entre la arcilla y el metanol fue monitoreada durante seis semanas. El equipo descubrió que la arcilla en expansión no solamente protegía al metanol, sino que también promovía reacciones que formaban compuestos orgánicos aún más complejos. La reacción mineralógica entre la arcilla y el metanol estaba facilitando la producción de nuevo material orgánico.
Los científicos piensan que las diversas moléculas orgánicas protegidas dentro de la arcilla podrían haber sido finalmente expulsadas hacia un ambiente más favorable para la vida, lo que llevaría a una “sopa orgánica”. Lo que hace que el descubrimiento sea tan interesante es que las condiciones experimentales reflejan las mejores estimaciones científicas sobre las condiciones más simples que existían antes de que comenzara la vida, afirmó Williams.
“Estas investigaciones nos dicen que en tanto haya agua y los ingredientes químicos correctos, los minerales arcillosos comunes pueden ayudar a producir los ingredientes para las biomoléculas (los componentes químicos utilizados por los organismos vivientes)”, expresó la científica.
Como las reacciones simuladas en estos experimentos pueden encontrarse en cualquier lugar en que exista actividad volcánica, agregó Williams, es probable que compuestos químicos similares puedan haberse producido en otros planetas volcánicamente activos que posean agua. Se han planificado experimentos adicionales para descubrir cuáles condiciones químicas serían las requeridas para formar los bloques constitutivos de la vida.
“Apenas hemos comenzado a investigar la influencia de las arcillas sobre el origen de la vida”, finalizó Williams.
Fuente: Astroseti