Científicos estadounidenses han logrado “silenciar” un gen que evita la formación en el algodón de las toxinas para el consumo humano, en un desarrollo que podría suministrar cada año proteínas a millones de personas.
Anualmente se producen 44 millones de toneladas anuales de semilla de algodón en todo el mundo, suficiente como para abastecer las necesidades proteicas de más de 500 millones de personas cada año, según señala el artículo en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias.
Actualmente, esta producción apenas se utiliza para alimento y es que la presencia del compuesto tóxico gosipol, que ejerce un efecto inhibidor en las enzimas digestivas. La semilla de algodón consta de dos partes: la cáscara, de la que se obtiene la fibra y la borra de algodón; y la pepita, de la cual se obtiene el aceite y la harina.
La eliminación del gosipol de la semilla de algodón ha sido durante mucho tiempo una meta de los genetistas, y parece ser que al fin, un equipo del Instituto para Genoma y Biotecnología de plantas en la Universidad A&M de Texas en colaboración con el Departamento de Agricultura de EEUU, empleó exitosamente la ingeniería genética para impedir la biosíntesis del gosipol en el tejido de la semilla de algodón, interfiriendo con la expresión del gen durante el desarrollo de la semilla.
El estudio no solo ha demostrado que es posible reducir significativamente los niveles de gosipol en la semilla de algodón sino que esta característica se transmite a las nuevas generaciones. Una gran noticia, ahora solo hace falta que el desarrollo caiga en buenas manos y sea bien empleado.
Fuente: Terra/EFE
Según publica la revista Science, investigadores de la Universidad de Vermont en Burlington han desarrollado un robot capaz de detectar las averías sufridas e incluso adaptar su forma de caminar como consecuencia de tales daños, del mismo modo que los animales compensan sus lesiones cambiando sus movimientos.
Este robot puede «sentir» y reparar de los daños de su propia estructura, cuando los autores acortaron una de sus patas, el robot respondió ante esta situación cambiando su modo de andar, una capacidad que podría ayudar a los robots a operar en nuevos entornos en los que aún no se han adentrado debido a su peligrosidad.
Josh Bongard y su equipo de investigadores han construido este robot de cuatro patas que observa su propio movimiento a través de sensores que basculan y sensores en los ángulos de sus articulaciones y crea un modelo interno de su propia estructura, que es utilizado para generar movimiento actualizándose continuamente por si existiera algún daño no detectado.
Christoph Adami, del Keck Graduate Institute of Applied Life Sciences en Claremont señala cómo este tipo de robots podrían operar en nuevos territorios, desde explorar primero el terreno hasta «soñar» con nuevos sistemas para superar obstáculos que pudieran encontrar durante la expedición.
Fuente: Europa Press
Seis países y la Unión Europea firmaron un pacto para crear un reactor experimental que podría aprovechar la luz del sol para crear fuentes más baratas y seguras de energía.
Los siete socios, que representan la mitad de la población del planeta, anunciaron el martes el proyecto, que sería construido en el sur de Francia y pudiera revolucionar el uso global de energía para generaciones futuras.
Pero es solamente un experimento, previsto con un costo de 12.800 millones de dólares, y que pasarán decenios antes de que los científicos siquiera estén seguros de que funciona.
El proyecto ITER (Reactor Experimental Termonuclear Internacional) intenta combatir el calentamiento global ofreciendo una alternativa a los combustibles fósiles, controlar los cambios climáticos y encontrar fuentes seguras de energía.
«La creciente escasez de recursos y la batalla contra el calentamiento global demandan una revolución en nuestras formas de producción y consumo», dijo Jaques Chirac. «Tenemos el deber de iniciar investigaciones que preparen soluciones de energía para nuestros descendientes».
Durante medio siglo, los físicos han tratado de crear fusión nuclear, que replica la fuente de energía solar y no produce emisiones de gases de invernadero y relativamente pocos desechos radiactivos. Si este experimento funciona, será un avance muy importante en el desarrollo sostenible del Planeta.
Fuente: Agencias