El científico Klaus Lackner ha diseñado un árbol sintético que tiene la capacidad, al igual que las hojas de los árboles reales, de absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera pudiendo ser almacenado bajo tierra de manera segura y permanente ganando tiempo a la batalla de los científicos para crear fuentes de energía que no utilicen carbono.
Igual que un árbol real, este árbol tendría una estructura para mantenerlo de pie, el equivalente a un tronco, pero a diferencia de una planta real, cuyas hojas se extienden para captar la luz solar y llevar a cabo el proceso de fotosíntesis, no hace falta que las hojas de un árbol artificial estén desplegadas, ya que no necesitan los rayos del sol y por lo tanto no requieren mucho espacio.
El dióxido de carbono se puede extraer del aire haciéndolo pasar a través de una solución de hidróxido de sodio, obteniéndose aproximadamente la mitad de CO2 del aire que había pasado por esta solución y produciéndose una solución líquida de carbonato de sodio. Esta solución líquida es la que Lackner cree que se puede recuperar y transformar más tarde en un gas, para ser almacenado en el fondo marino.
El científico estima que cada uno de ellos podría llegar a extraer unas 90.000 toneladas de dióxido de carbono al año, el equivalente a las emisiones de aproximadamente 20.000 automóviles.
Fuente: BBC Ciencia
Científicos de la Universidad de Southern California en Los Ángeles, han desarrollado un ojo biónico llamado Argus que ha permitido recuperar a seis pacientes de retinitis pigmentosa, todos ciegos previamente, una visión muy parcial, pero desde luego mucho mejor que la oscuridad. En estos momentos ya están reclutando a otros 75 pacientes para ensayos más avanzados.
Aunque el mundo visual de las personas tratadas sólo tiene una resolución de 16 píxeles, ello no sólo les basta para evitar la rama de un árbol cuando van por la calle, sino también para distinguir entre un plato o una taza, o para saber hacia dónde se están moviendo los objetos que tienen delante. Esto es muy esperanzador ya que inicialmente los investigadores sólo esperaban que distinguieran entre luz y sombra y poco más.
La prótesis retinal Argus ha sido desarrollada por la firma biotecnológica californiana Second Sight Medical Products y consiste en una minúscula cámara de vídeo acoplada a las gafas que descompone las imágenes en una rejilla de 16 (4×4) píxeles, como si sólo tuviera esa resolución. La razón es que, por el momento, la técnica sólo permite implantar ese número de electrodos en las terminaciones nerviosas de la retina. Estos electrodos reciben las señales de la cámara de modo inalámbrico, y las transmiten directamente al nervio óptico. Desde allí llegan al córtex visual primario, situado junto a la nuca. Argus, por lo tanto, no sirve para las cegueras causadas por daños en el nervio óptico o en el córtex cerebral.
Cerca de 25 millones de personas en el mundo están ciegas, o prácticamente ciegas, por estas razones, este desarrollo supone un gran avance y una gran esperanza, más teniendo en cuenta que la predicción es que esa cifra se duplique en los próximos 15 años debido, sobre todo, al envejecimiento de la población, en lo que los científicos han bautizado como «una epidemia virtual de ceguera».
Fuente: El País
Amillia Sonja Taylor, una bebé prematura, que según los médicos pasó menos tiempo en el seno materno que cualquier otro niño sobreviviente, nació el 24 de octubre con apenas 24.13 centímetros y 284 gramos de peso. Su madre la dio a luz en la semana 22 del embarazo. Fue concebida in vitro y el parto fue mediante cesárea.
Los neonatólogos que la atendieron dicen que Amillia es, que se sepa, el primer bebé que sobrevive tras una gestación de menos de 23 semanas, pese a sufrir problemas respiratorios, una leve hemorragia cerebral y problemas digestivos, ninguno de estos le crearán problemas a largo plazo.
«Desde luego, el cerebro es lo más importante», dijo el doctor Paul Fassbach, que atiende a Amillia desde su segundo día. «Pero su pronóstico es excelente». Amillia está en incubadora desde su nacimiento y recibe oxígeno. Seguirá recibiendo oxígeno en pequeñas cantidades y estará conectada a un monitor de respiración cuando salga del Hospital Bautista de Niños.
Fuente: AP