Aunque no suelo poner noticias de hechos pasados, creo que esta ocasión si merece una mención especial, y es que el lanzamiento el 4 de octubre de 1957 del Sputnik, el primer satélite artificial, inauguró la carrera espacial entre la Unión Soviética y Estados Unidos.
«Fuimos los primeros», proclamó con orgullo el diario ruso Izvestia con un titular en portada.
El pequeño y humilde satélite envió débiles señales de radio que causaron sensación en el mundo entero.
Hoy se celebra el 50 aniversario.
Un equipo de astrónomos operando desde el radiotelescopio Parkes de la CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation), ha detectado una breve emisión de radio proveniente del espacio profundo, y cuya potencia desafía toda explicación.
La duración de la señal tan sólo fue de 5 milisegundos y su origen se sitúa alrededor de 1 500 millones de años luz de la Tierra.
El acontecimiento ya se produjo hace seis años, pero no se le dió importancia, creyendo que se trataba de alguna emisión parásita de origen terrestre. Pero ahora, el estudiante de la Universidad de Virginia Occidental David Narkevik, acaba de darse cuenta que procede del espacio exterior, gracias a un minucioso repaso de grabaciones antiguas.
Teniendo en cuenta estos parámetros, la cantidad de energía emitida puede ser fácilmente estimada en 1033 julios, lo que equivale a la producción acumulada por una central eléctrica de 2 000 MW que funcionara sin interrupción 2 000 millones de años, realmente sorprendente.
En cuanto al origen de esta emisión , continúa siendo un misterio por el momento aunque se sospecha que puede ser el resultado de la colisión de dos estrellas de neutrones o el último suspiro de un agujero negro antes de su completa desaparición.
Fuente: Astroseti
Científicos norteamericanos del National Snow y del Ice Data Center han alertado de que los nuevos datos recogidos en el mes de setiembre en relación a la evolución del Ártico suponen «un récord dramático», según sus propias palabras. El hielo en el Ártico era un 39% inferior que la media registrada en 20 años (de 1979 a 2000).
Con estos datos, la comunidad científica teme que en los próximos 25 años deje de haber hielo en el Ártico durante el verano, mucho antes de lo estipuldo inicialmente.
Según las informaciones de los científicos, el hielo marino bajó tanto este año que el Pasaje del Noroeste, normalmente taponado por el hielo, se abrió completamente por primera vez, permitiendo a los buques pasar del Atlántico al Pacífico.
Fuente: 20minutos