Un meteorito no fue la causa de la peor extinción en masa de nuestro mundo
De vez en cuando van surgiendo noticias afirmando o refutando esta parte de la historia de nuestro planeta. La mayor extinción en masa que ha sufrido la Tierra, ocurrió hace 250 millones de años, y según un nuevo estudio realizado en la Universidad del Sur de California se desarrolló con lentitud, y no con la rapidez que supone la teoría de la extinción desencadenada por la caída de un meteorito. El deterioro medioambiental provocado por las erupciones volcánicas y el calentamiento global de hace 250 millones de años, fueron la causa más probable de esa Gran Extinción.
El estudio muestra que el declive empezó millones de años antes de la desaparición del 90 por ciento de las especies de la Tierra, al final del Período Pérmico. Incluso si realmente se produjo un gran impacto meteórico, los investigadores no creen que éste fuese la causa primaria de la extinción, pues ésta ya estaba en marcha.
Cuestionando más aún la teoría del meteorito, el estudio ha desvelado que los organismos de las profundidades del océano empezaron a morir primero, seguidos por aquellos de menores profundidades oceánicas y de los arrecifes, hasta que finalmente lo hicieron los que vivían cerca de la costa.
«Algo estaba emergiendo de las profundidades del océano», explica Catherine Powers, una de las investigadoras. «Algo que ascendía por la columna de agua y mataba a esos organismos». Probablemente era sulfuro de hidrógeno. Las pistas apoyan a un modelo que atribuye la extinción a las enormes erupciones volcánicas provocando que el agua más caliente del océano perdiese parte de su capacidad de retener el oxígeno. El ascenso hacia la superficie que experimentaba el agua de las profundidades, rica en sulfuro de hidrógeno pudo pues convertirse en portador de muerte.
Si hubieran escapado a la atmósfera grandes cantidades de sulfuro de hidrógeno, el gas habría matado a la mayoría de las formas de vida y también dañado la capa de ozono, aumentando el nivel de la nociva radiación ultravioleta que alcanzaba la superficie del planeta.
Fuente: Agencias