En varias ocasiones he hablado del posible primer computador cuántico pero que desgraciadamente nunca llegó a ser algo definitivo. Este nuevo paso me gusta más, al menos, lo considero más creíble, y es que un equipo internacional de científicos de la Universidad de Queensland y de la Universidad de Toronto ha conseguido factorizar un número empleando un ordenador cuántico elemental.
Para conseguirlo, han manipulado fotones entrelazados cuánticamente ya así calcular los números primos (sólo divisibles por ellos mismos y por la unidad) del número 15, es decir, 3 y 5.
Pese al importante paso conseguido y lo aparentemente sencillo que pueda resultar el cálculo, los científicos aseguran que conforme el número se hace más grande el problema se hace mucho más difícil, no sólo para cualquier humano, sino también lo es para cualquier computadora.
Este es un pequeño aunque importante paso, pero aún pasaran varios años para disponer de computadores cuánticos elementales, en los que se usan generalmente iones, electrones u otro tipo de partículas (fotones de luz en este experimento), que son difíciles de manejar y requieren grandes instalaciones. De momento, factorizar el número 15 es el primer escalón.
La superfluidez es un estado de la materia caracterizado por la ausencia total de viscosidad, de manera que, en un circuito cerrado, fluiría interminablemente sin fricción. Es un fenómeno físico que tiene lugar a muy bajas temperaturas, cerca del cero absoluto, límite en el que cesa toda actividad. Un inconveniente es que casi todos los elementos se congelan a esas temperaturas.
Pero hay una excepción: el helio, concretamente dos isótopos estables del helio, el Helio-4, que es el común, y el Helio-3. Y es a partir de este elemento con el que se ha realizado el sorprendente experimento que podéis ver en el vídeo, donde este «líquido» es capaz de atravesar la base de un sólido vaso somo si de un colador se tratase, realmente sorprendente.
Litroenergia, así se llama este revolucionario material fluorescente capaz de emitir luz durante 12 años sin necesidad de consumir energía ni luz solar. Y no sólo esto, además no es un producto tóxico y es muy económico, pudiendo ahorrar al mundo miles de millones de dólares en costes energéticos, por lo pronto, se me ocurre su importante aplicación en países en vías de desarrollo.
Para que os hagáis una idea, fabricar una hoja de impresión estándar de este material cuesta unos 0.35 centavos de dólar. También hay que destacar que estas fuente de luz no se ven afectadas por el frío y soportan hasta 5000 libras de presión.
Sin duda, un importante avance que espero no se vea frenado su implantación por «oscuros» intereses comerciales de las compañías dominantes.