Hace poco comentaba el desarrollo de una lentilla biónica que permitía aumentar la visión de los objetos enfocados. Ahora, nos encontramos con una noticia más interesante, un equipo de científicos japoneses de la Universidad de Osaka y el Instituto Nara de Ciencia y Tecnología han desarrollado un sistema de visión artificial que hace llegar señales visuales al cerebro, lo que permitiría recuperar la visión mediante esta técnica personas ciegas.
El artilugio consiste en unas gafas de sol que llevan incorporadas unas cámaras de filmación de imágenes y en unos electrodos que se implantan en el ojo con una cirugía poco invasiva. Cada electrodo tiene una resolución similar a la de un píxel de imagen digital, y los científicos esperan llegar a implantar hasta 100 electrodos en unos años, lo que supondría que un ciego podría distinguir objetos con nitidez a 30 centímetros de distancia.
Además, el sistema incluye el implante en el ojo de un juego de electrodos de cuatro milímetros cuadrados que estimulan el nervio óptico. Una vez que las señales alcanzan el cerebro, el paciente puede ver de nuevo. La calidad de la visión conseguida por el sistema depende del número de electrodos que se implanten en el ojo, para que nos hagamos una idea, cada uno de estos electrodos es comparable con un píxel de la fotografía digital. Los electrodos implantados son flexibles gracias al uso de chips de circuitos integrados.
La idea de los investigadores es que su invento se pueda comercializar en 2012, de momento, este año, los planes son implantar, con cirugía, 49 electrodos de la tercera generación del sistema en el ojo de un paciente, con el objetivo de mejorar la eficacia del dispositivo para que permita ver algo más que luces.
Fuente: Tendencias21
Según publica la revista Stem Cell, científicos estadounidenses han creado un pez transparente que es genéticamente similar al ser humano y en cuyos órganos pueden observar el proceso de una metástasis y la producción de sangre tras un trasplante de médula espinal.
El elegido ha sido el pez cebra, que constituye un modelo para la biología humana y las enfermedades. Los peces cebra tienen tres pigmentos en su piel: refractante, negro y amarillo.
El doctor Richard White, en el Hospital Pediátrico de Boston, creó el pez transparente a través del cruce de una especie que carece de pigmento refractante con uno que no tiene pigmento negro. El ejemplar resultante tenía solamente pigmento amarillo, que le hace transparente y en el que se ven claramente el cerebro, el corazón y el aparato digestivo. Según los científicos, el pez proporciona un nuevo frente de investigación médica que rompe los moldes clásicos.
Hasta ahora, debido a su transparencia, los embriones del pez cebra habían permitido que los científicos estudiaran algunas enfermedades. Sin embargo, a medida que se desarrolla, el cuerpo de los peces cebras pierde esa transparencia. «Al cabo de cuatro semanas todo es invisible», manifestó White.
En el primer experimento con peces cebra totalmente transparentes los científicos pudieron observar el proceso de propagación de un cáncer. Al estudiar al pez bajo el microscopio, el científico comprobó que las células comienzan a invadir el cuerpo a los cinco días en un proceso de metástasis que no se había observado hasta ahora en un organismo vivo.
Las células del melanoma parecían dirigirse hacia la piel después de abandonar la cavidad abdominal y no a otras partes del organismo «lo que nos indica que esto no ocurre al azar. Saben dónde tienen que ir», indicó White. Se abre así, una nueva e interesante vía de investigación de un proceso tan letal como la metástasis.
Fuente: EFE
Atrás quedaron los años dorados del Concorde, el elevado coste y un fatal accidente aceleraron su fin. Pero el interés por ofrecer vuelos comerciales a velocidades de vértigo no cesan, la compañía británica Reaction Engines ha presentado un nuevo avión de pasajeros supersónico, que podrá llegar desde Europa occidental a cualquier parte de Australia, Asia o Sudamérica en menos de cinco horas.
Esta novedosa aeronave, bautizada como A2, es impulsada por hidrógeno líquido, puede desplazarse a una velocidad superior a 6.000 kilómetros por hora, triplicando así, las prestaciones del difunto Concorde.
Pese a las ganas de probar el nuevo prototipo, este no estará disponible hasta dentro de 25 años, tendrá una capacidad de 300 plazas y una autonomía de 20000 kilómetros. La única pega, al viajar a tanta velocidad el avión no dispondrá de ventanillas, importante para aquellos pasajeros que puedan padecer claustrofobia.
Fuente: 20minutos