Hasta la fecha, siempre que hablaba de nuevos agujeros negros estaba relacionado con sus dimensiones, al tratarse de los más grandes encontrados, Nota 1 y Nota 2. Pero ahora leo, en el siempre interesante blog de Kanijo, que en esta ocasión científicos de la NASA han identificado el agujero negro más pequeño y ligero encontrado hasta el momento, con una masa de 3,8 veces la masa del Sol y sólo 24 kilómetros de diámetro.
Según el director de la investigación, Nikolai Shaposhnikov del centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, «Este agujero negro está realmente rozando los límites, durante muchos años los astrónomos han querido saber el menor tamaño posible de un agujero negro, y este muchachito da un gran paso hacia responder la pregunta».
La ubicación de este sorprendente hallazgo se sitúa en un sistema binario en nuestra galaxia conocido como XTE J1650-500 en la constelación Ara del hemisferio sur y fue descubierto por el satélite Explorador Sincrónico de Rayos-X Rossi basándose como siempre en estos casos en la actividad que generan a su alrededor, ya que los agujeros negros no pueden verse.
Esta nueva medida de la masa podría ayudar a arrojar luz sobre cuál es la menor estrella que puede producir un agujero negro, que calculan en un umbral crítico de entre 1,7 y 2,7 masas solares. Conocer este límite ayudaría a los científicos a comprender el comportamiento de la materia cuando es aplastada bajo densidades extraordinariamente altas.
Fuente: Ciencia Kanija
Un equipo de científicos ingleses de la Universidad de Newscastle ha sido el primero en crear embriones híbridos humano-animales.
Estos embriones, desarrollados a partir de la inyección de material genético de células epidérmicas humanas en óvulos de vaca vaciados, sobrevivieron hasta tres días, y forman parte de una investigación sobre varias enfermedades.
El experimento fue autorizado por la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana semanas antes de que la Cámara de los Comunes vote sobre el proyecto de ley de investigación embrionaria y fertilidad.
Pese a la polémica suscitada, los científicos dicen que la creación de embriones híbridos con núcleos celulares humanos en óvulos animales (que se utilizarían para cultivar células madre y después se destruirían, sin llegar a la fase de fetos) compensaría la actual escasez de donaciones de óvulos humanos. De hecho, se utilizaron óvulos de vaca precisamente por la falta de óvulos humanos.
Según el profesor John Burn, director del experimento, su investigación es «totalmente ética», ya que, además de haber sido autorizada, experimenta «con un puñado de células a las que nunca se permitirá desarrollarse».
Tras este primer paso, el equipo de científicos intentará ahora que este tipo de embriones sobrevivan unos seis días, para poder extraer entonces células madre que pueden usarse para investigar tratamientos de enfermedades.
Fuente: EFE
Investigadores de la Universidad de Rennes y del ESRF han descubierto 356 minúsculos animales prehistóricos, concretamente del jurásico, extintos en unas piezas de ámbar. Este comienzo se parece a la famosa película Parque Jurásico, pero aun estamos lejos de que a partir de este ADN encontrado se puedan «recrear» estos animales.
La primera vez que los investigadores vieron el ámbar no se percataron de lo que este escondía, ya que se trataba de un ámbar opaco, sin embargo, empleando una novedosa técnica de observación basada en los rayos X, descubrieron una miríada de insectos, artrópodos y otros extraños seres con una antigüedad estimada de 100 millones de años. Los animales quedaron atrapados por secreciones de resina de árboles que poblaron la actual región de Poitou-Charentes, en el suroeste de Francia, y que con el paso del tiempo fosilizaron hasta convertirse en hermosas piedras de ámbar.
Esta técnica permitirá desvelar los secretos ocultos en otros ámbares opacos, que siempre han sido un desafío para los paleontólogos porque no permite visualizar en su interior ningún tipo de inclusión. La técnica desarrollada, denominada microrradiografía de contraste, utiliza un la luz de un sincrotrón.
Se encontraron 640 pequeñas piezas que pesaban en total unos dos kilos, incluyendo avispas, moscas, hormigas, arañas y ácaros, «esto se debe probablemente al hecho de que los animales más grandes eran capaces de escapar de la resina antes de que se solidificara, mientras que los más pequeños caían más fácilmente», señalaron los descubridores.
Fuente: El Periódico