Según publica la revista Nature, científicos de la Universidad de California en Berkeley dicen haber encontrado la forma de restaurar el vigor de juventud a las viejas y cansadas fibras musculares.
La investigación se basó en las células madre adultas, que juegan un papel clave al ayudar a reparar las células maduras y diferenciadas que conforman el tejido. Además se ha logrado identificar dos vías regulatorias que controlan la eficiencia de este trabajo reparador a cargo de las células madre. Después, modificaron la forma en que estas células madre reaccionan a aquellas señales bioquímicas para revitalizar la capacidad del tejido muscular.
La investigación se ha realizado con ratones en los que manipulando señales bioquímicas, incrementaron la habilidad de las células madre para reparar el tejido dañado.
Los científicos compararon la capacidad de regeneración muscular un ratón de dos años (equiparable a entre 75 y 85 años de edad en los humanos) y la de otro de dos meses (equivalente a una edad humana de entre 20 y 25 años). Como esperaban, encontraron que los músculos de los roedores jóvenes rápidamente reemplazaban las células dañadas con otras nuevas y saludables, mientras que los de animales de más edad quedaban llenas de cicatrices. Pero bloqueando la producción de una proteína llamada TGF-beta, el nivel de regeneración celular en los animales ancianos era comparable a la de los más jóvenes.
Esta investigación es especialmente importante y aumenta las esperanzas de encontrar nuevos tratamientos para enfermedades degenerativas relacionadas con la edad como el Alzheimer y Parkinson. «Hemos dado un paso más hacia el punto de intervención para rejuvenecer las células madre del mismo cuerpo de modo de evitar el padecimiento de algunas de estas enfermedades», dijo el Dr. Morgan Carlson, uno de los integrantes del equipo.
«Necesitamos descubrir cuáles son los niveles de estos compuestos químicos en los animales jóvenes para poder calibrar el sistema cuando envejezcan. Si logramos hacerlo, podremos rejuvenecer los tejidos por un largo período», concluyó.
Fuente: BBC Ciencia
El ritmo de pérdida de hielo en el océano Ártico, que se ha acelerado cada verano en las dos últimas décadas, se encamina a otro récord este año, afirmó hoy un científico de la Universidad de Colorado.
El NSIDC ha documentado la extensión del manto helado en el Ártico y en la Antártida por más de una década, y ha medido las pérdidas de hielo en ambas regiones durante los veranos. Sobre esta base de esos datos, el Centro hace proyecciones del futuro de la cubierta de hielo.
Los científicos del NSIDC han calculado que, si continúan las pautas actuales de cambio climático global, el Ártico podría perder todo el hielo durante el verano dentro de cinco a diez años.
En el verano de 1980 el manto helado sobre el Ártico cubrió 7,8 millones de kilómetros cuadrados, y el año pasado esa cubierta se estrechó a 4,2 millones de kilómetros cuadrados. La pérdida de la cubierta de hielo por el calentamiento global, a su vez, acelera el aumento de la temperatura de los mares y la atmósfera, explican los científicos.
El hielo aumenta la reflectividad de la superficie a los rayos del Sol, y si se derrite el agua oceánica absorbe más energía solar y se calienta más rápido.
Para ver una simulación futurista del deshielo del ártico clicar aquí.
Fuente: EFE
Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) han desarrollado un papel con unas características sorprendentes, capaz de absorber 20 veces su peso en petróleo, por lo que su aplicación más inmediata podría ser la de minimizar el efecto de las mareas negras en las playas. Se calcula que 200.000 toneladas de petróleo han terminado varadas en alguna playa del mundo desde que empezó la década.
Este novedoso papel está compuesto de nanohilos, es totalmente impermeable y tiene una extraordinaria capacidad para absorber materiales hidrofóbicos (como el petróleo). La apariencia y el tacto es de un papel convencional pero esta membrana es capaz de absorber 20 veces su peso en petróleo. Los nanohilos que lo componen son estables a altas temperaturas. Por ello, el petróleo “chupado” por el papel puede ser recogido simplemente calentando el papel hasta el punto de ebullición del petróleo. Entonces, el petróleo se evapora y es condensado para convertirlo de nuevo en líquido. El papel, mantiene sus cualidades y es reutilizable.
Además, puede ser reciclado muchas veces para usos futuros y el petróleo que absorbe puede ser, asimismo, reutilizado. Será barato de fabricar porque los nanohilos que lo componen se producirán en grandes cantidades, a diferencia de otros nanomateriales.
“Nuestro material puede ser dejado en el agua dos o tres horas, y cuando se vuelve a recoger permanece completamente seco”, dice Francesco Stellacci, profesor en el Departamento de Ciencia de los Materiales e Ingeniería del MIT. “Pero, al mismo tiempo, si el agua contiene algún contaminante hidrofóbico, será absorbido (por el papel)”.
Fuente: Tendencias21