Por primera vez se ha logrado instalar una turbina maremotriz en el lecho marino, concretamente en Escocia. La idea de esta empresa, la irlandesa OpenHydro, respecto a la energía extraída del mar es desarrollar parques y turbinas montados en el lecho marino, donde ninguna parte de su estructura es visible desde la superficie, y a una profundidad suficiente para no interferir el trabajo de los barcos pesqueros.
Para lograr semejante hazaña utilizando barco especialmente diseñado para la instalación de este tipo de estructuras. Bautizado como “OpenHydro Installer” y con un coste de de 5 millones de euros, es capaz de transportar y hacer las operaciones necesarias para sumergir tanto la base dónde se sujeta la turbina en el lecho marino como la propia turbina.
“Instalando turbinas maremotrices de esta manera, se convierte un proyecto complicado de meses en una operación rápida de un día y eficiente desde el punto de vista de su coste. Es otro paso más para desarrollar un programa comercial de parques maremotrices capaces de generar energía”, comenta Brendan Gilmore, presidente de OpenHydro.
Se calcula que una cuarta parte del potencial de energía marina en Europa se encuentra en el lecho marino que rodea la costa escocesa. Precisamente en esta zona, la instalación de turbinas es especialmente complicada debido a la fuerza que allí tienen las olas. Aún así, se espera que en 2020 la energía maremotriz vierta a la red eléctrica del Reino Unido un Gigavatio de potencia.
El equipo de investigación tiene previsto hacer las primeras pruebas en mar abierto en 2009 y en 2013 tener la primera turbina comercializable. Para hacerse mejor una idea de las dimensiones del barco y el mecanismo utilizado aquí os dejo el siguiente vídeo.
Ingenieros suizos han presentado hoy el proyecto Goldfish («pez de oro»), que en 2011 conllevará la construcción del primer submarino del mundo que funcionará con energía solar.
En un momento en el que el consumo de agua y energía aumenta en todo el mundo y crea retos económicos y ecológicos, este proyecto es un ejemplo de cómo puede aprovecharse una energía renovable.
El Goldfish navegará en el lago Thun, junto a los Alpes suizos, gracias a la energía solar recogida en el Goldport («puerto de oro»), una central solar flotante que producirá suficiente energía como para garantizar las inmersiones del submarino y posicionarse en el lago a través de un sistema GPS.
El submarino, que se recargará conectándose a la plataforma con un cable, tendrá capacidad para 24 pasajeros, y podrá sumergirse hasta los 300 metros de profundidad.
Los ingenieros resaltaron los múltiples usos que podrían darse a la plataforma solar móvil en zonas con poco oleaje y suficiente radiación solar, como las embarcaciones de ocio en Dubai, transporte de pasajeros en el río Huanpu de Shangai o el suministro de energía a instalaciones costeras como la ópera de Sydney. En su opinión, estas centrales flotantes podrían contribuir a reducir considerablemente el consumo de agua y energía, y serán importantes en el futuro para alimentar transportes e infraestructuras respetuosas con el medio ambiente.
Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) han desarrollado un papel con unas características sorprendentes, capaz de absorber 20 veces su peso en petróleo, por lo que su aplicación más inmediata podría ser la de minimizar el efecto de las mareas negras en las playas. Se calcula que 200.000 toneladas de petróleo han terminado varadas en alguna playa del mundo desde que empezó la década.
Este novedoso papel está compuesto de nanohilos, es totalmente impermeable y tiene una extraordinaria capacidad para absorber materiales hidrofóbicos (como el petróleo). La apariencia y el tacto es de un papel convencional pero esta membrana es capaz de absorber 20 veces su peso en petróleo. Los nanohilos que lo componen son estables a altas temperaturas. Por ello, el petróleo “chupado” por el papel puede ser recogido simplemente calentando el papel hasta el punto de ebullición del petróleo. Entonces, el petróleo se evapora y es condensado para convertirlo de nuevo en líquido. El papel, mantiene sus cualidades y es reutilizable.
Además, puede ser reciclado muchas veces para usos futuros y el petróleo que absorbe puede ser, asimismo, reutilizado. Será barato de fabricar porque los nanohilos que lo componen se producirán en grandes cantidades, a diferencia de otros nanomateriales.
“Nuestro material puede ser dejado en el agua dos o tres horas, y cuando se vuelve a recoger permanece completamente seco”, dice Francesco Stellacci, profesor en el Departamento de Ciencia de los Materiales e Ingeniería del MIT. “Pero, al mismo tiempo, si el agua contiene algún contaminante hidrofóbico, será absorbido (por el papel)”.
Un grupo de científicos de Silicon Valley han modificado genéticamente una bacteria para que sus excrementos sean, literalmente, petróleo crudo.
Este tipo de experimentos están suscitando mucha expectación, ya que en um futuro podríamos rellenar nuestros depósitos con estos microorganismos para que fuesen «creando» este petróleo renovable.
Algunos ya lo han bautizado como «Petróleo 2.0», y según afirman los investigadores no sólo será renovable, sino carbono negativo, es decir que el carbono que emite será menos que aquel que absorben naturalmente los materiales con que se fabrica.
Estas bacterias son organismos unicelulares que miden una millonésima parte del tamaño de una hormiga. Comienzan como cepas patógenas de E. coli, pero posteriormente se modifican genéticamente rediseñando su ADN, a través de un proceso de semanas que puede costar hasta 20 mil dólares.
En esta ocasión, se logra instalando decenas de pequeños rotores unidos a un mismo generador y consiguiendo así, extraer más energía a partir de muchos pequeños rotores que de un solo, como los molinos de viento que estamos acostumbrados a ver.
Para generar la misma cantidad de energía, estos prototipos necesitan para su fabricación diez veces menos materiales y abaratan considerablemente el coste energético. Además, a parte de crear grandes superficies de generación se pueden instalar en casas particulares.
En lugar de un enorme rotor con palas de 15 metros de largo, esta “Serpiente del Cielo” (en la imagen) usa varios pequeños rotores unidos a un eje. Colocando los rotores en los ángulos y posiciones adecuadas, cada rotor puede capturar su propio viento, evitando además que capten la estela de viento dejada por los rotores adyacentes.
Este concepto promete ser una de las turbinas de viento más versátiles. Dado que el sistema es escalable, tanto en la extensión del eje como en el número de rotores, puede ser aplicado a hogares, negocios e incluso pueblos enteros.
De confirmarse, estaríamos ante una de las noticias más importantes en cuanto a energía se refiere de las últimas décadas. Muchos investigadores han intentado lograr el santo grial de la energía, algunos asegurando su obtención de forma práctica, pero posteriormente no fueron capaces de demostrarlo. Ahora, vuelve a saltar la noticia, en esta ocasión de manos de Yoshiaki Arata, profesor de física en la Universidad de Osaka quien asegura haber realizado experimentos de fusión en frío.
El estracto de tal experimento se puede leer aquí, pero esencialmente Arata, junto con su co-investigador Yue-Chang Zhang, utiliza la presión para forzar el deuterio (D) gaseoso a introducirse en una pila que contenía una mezcla de paladio y óxido de zirconio (ZrO2-Pd), la cual provocaba que los núcleos de deuterio se fusionasen y elevaba la temperatura en la pila manteniendo su parte central caliente durante 50 horas.
El experimento de Arata podría implicar la primera vez que alguien es testigo de una reacción de fusión fría, siendo un método sumamente reproducible y por lo tanto demostrable de nuevo ante los escépticos. De todos modos, será interesante ver lo que otros científicos piensan al respecto, pues estamos ante la piedra filosofal de la energía abundante y barata.
Como dato histórico destacar que este fenómeno tuvo testyigos por primera vez el 23 de marzo de 1989 cuando Martin Fleischmann de la Universidad de Southampton, y Stanley Pons de la Universidad de Utah, anunciaron que habían observado la fusión nuclear controlada en un tarro de cristal a temperatura ambiente, pero desgraciadamente, no fueron capaces de repetir los resultados. En esta ocasión, la historia parece haber cambiado, esperemos que así sea.
Las energías alternativas están evolucionando, ante la futura necesidad de ir sustituyendo los combustibles fósiles cada vez surgen nuevos e importantes avances para mejorar el rendimiento de estas. Ahora le toca el turno a la energía solar, con un esperanzador desarrollo que permitiría la generación de energía solar gracias al uso conjunto de una célula solar comercial y un sistema de refrigeración avanzado basado en el metal líquido, similar al que se utiliza en la refrigeración durante la fabricación microprocesadores.
La técnica se basa en los concentradores solares, sistemas que capturan la luz del sol y la focalizan en un área diminuta de la célula solar, lo que hace aumentar de manera significativa su rendimiento, pero mejorando su funcionamiento.
El principal problema de estos concentradores es que la luz concentrada genera temperaturas altísimas, pero ahora, ingenieros de IBM han conseguido aplicar una novedosa tecnología de enfriamiento, conocida como “interface de metal líquido”, ya utilizada para la fabricación de chips.
Para hacernos una idea, las lentes concentran unos 2.000 soles en un área muy pequeña, concentrando un calor capaz de fundir un trozo de acero inoxidable. La tecnología de refrigeración desarrollada rebaja esas temperaturas hasta sólo los 85 grados, permitiendo un record de 230 vatios de energía generada por una célula solar de un centímetro cuadrado. En la práctica, usando células solares de verdad, las pruebas han demostrado la capacidad de recuperar 70 vatios de energía utilizable a partir de ese centímetro cuadrado.
Según los investigadores, esta tecnología abarataría de manera considerable el coste habitual de refrigeración, así como reducir el número de células fotovoltaicas en una planta solar y concentrando más luz en cada célula solar. Esta técnica recortaría el número de células fotovoltaicas y otros componentes hasta diez veces.
La finalidad de estos proyectos es desarrollar estructuras fotovoltaicas eficientes que abaraten y minimicen su complejidad, así como mejorar la flexibilidad para producir energía solar.
Un equipo de investigadores británicos, dirigido por la española Mercedes Maroto-Valer, ha desarrollado una tecnología capaz de transformar el dióxido de carbono (CO2), el principal responsable del cambio climático, en gas natural.
De las diversas soluciones que estan desarrollando, esta nueva tecnología capaz de convertir el dióxido de carbono en gas metano, el principal componente del gas natural, gracias a un proceso similar a la fotosíntesis de las plantas, es la más prometedora.
«Las plantas cogen CO2, agua y luz y lo transforman en azúcares. Nosotros hacemos un proceso parecido. También cogemos luz, agua y CO2, pero en vez de generar carbohidratos producimos metano«, explicó esta investigadora. «Sería la solución perfecta», concluyó.
Esperemos que esta novedosa tecnología evolucione favorablemente y pronto podamos combatir la presencia dióxido de carbono con su aprovechamiento, y no con su enterramiento bajo tierra como también se está investigando.
La Agencia de Carreteras del gobierno británico planea reciclar la energía solar recogida en verano por las carreteras del país y utilizarla en invierno para eliminar el hielo de su superficie. . Para lograrlo, se instalarán bajo las carreteras unas tuberías que recojan esta energía solar.
La intención es evitar que se congelen las carreteras del país y de momento se realizará una prueba piloto, que en caso de éxito, se ampliaría a más carreteras.
Esta misma tecnología se está probando también para calentar y refrescar edificios, reducir las facturas de la luz y disminuir las emisiones de gases invernadero.
Este proyecto ha sido bautizado como Interseasonal Heat Transfer (IHT), y pretende instalar una red de tuberías plásticas rellenas de agua justo debajo de la superficie de la carretera. En verano, cuando la temperatura de las carreteras puede alcanzar los 40ºC, el agua se calienta y es bombeada a tuberías aisladas con poliestireno; en invierno, cuando los sensores detectan la temperatura de 2ºC, el agua caliente se bombea de nuevo hacia la carretera para calentar el suelo y evitar la formación de hielo.
Según los ingenieros, el sistema tiene un potencial brillante. «Puede generar la mitad de energía que un panel solar colocado en un tejado y cuesta unas 12 veces menos», añadieron.
Investigadores de la Universidad Estatal y el Instituto Politécnico de Virginia han descubierto un modo de generar hidrógeno directamente a partir de azúcar vegetal. Esto podría suponer un avance para lograr una fuente eficaz y barata de combustible ecológico para medios de transporte.
El nuevo proceso consiste en una combinación de azúcares vegetales, agua y un cóctel de potentes enzimas que producirían hidrógeno y dióxido de carbono. DE consolidarse, se lograría resolver el problema a la hora de reemplazar los combustibles sólidos por hidrógeno, señalaron los investigadores.
«Con una mejora de la tecnología, los coches impulsados por azúcar se podrían hacer realidad finalmente». Asegura el Dr. Percival Zhang.
Un coche impulsado con azúcar sería intrínsecamente seguro dado que además sería más barato y ecológico incluso que el coche de gasolina más eficaz, concluyó el Dr. Zhang.