Una reciente simulación que reconstruye el interior de la Tierra sugiere la existencia de un nuevo manto de roca dentro del planeta. Esta franja estaría en la región del manto más frágil, entre 1000 y 2200 km de profundidad, una zona transitoria donde la roca se convierte a un estado increíblemente denso.
Viktor Struzhkin, co-autor del estudio y científico del Carnegie Institution en Washington asegura que se generan presiones de hasta 230000 veces superiores que en la superficie terrestre, y esto provoca que se arranquen los electrones de minerales ricos en hierro y se obligan a aparearse, y cuando esto ocurre, la densidad del material aumenta en un 30%.
Struzhkin dijo que los minerales condensados ayudan a acelerar las ondas de energía, tales como ondas sísmicas, moviéndose a través del interior de la tierra. «Este papel soluciona solamente la parte del rompecabezas, sabemos que hay más sorpresas a venir», concluyó Struzhkin.
Investigadores del Instituto de tecnología de Tokio, en Japón, han desarrollado un nuevo tipo de láser, obtenido a partir de energía solar, que permitiría convertir el magnesio en energía limpia y barata.
Para conseguirlo, se han empleado dos lentes de Fresnel para concentrar la luz solar en un cristal de cerámica capaz de producir luz láser. La energía de este rayo se emplea para generar calor e hidrógeno a partir del magnesio y del agua con la intención de que pueda ayudarlos en su objetivo de desarrollar un motor de combustión de magnesio.
La idea, en un futuro, es hacer un láser de gran alcance capaz de quemar el contenido del magnesio del agua de mar, obteniéndose grandes cantidades de energía en forma de calor, así como hidrógeno en forma de gas.
El magnesio es una sustancia que tiene un gran potencial como fuente de energía, ya tiene una densidad del almacenamiento aproximadamente 10 veces superior a la del hidrógeno. También es muy abundante en el agua de mar, que contiene unos 1.3 gramos por cada litro. En todos los océanos hay aproximadamente 1.800 trillones de toneladas métricas de magnesio. Y por si esto fuera poco, el residuo de la combustión del magnesio es óxido de magnesio que puede volver a emplearse como combustible.
El «culebrón» del Homo Floriesensis, también conocido como Hobbit, por su pequeña estatura, continua con un nuevo capítulo, para quien quiera conocer toda la historia podéis consultarlo en los siguientes enlaces [por orden cronológico 1, 2 y 3].
En esta ocasión, un artículo publicado en la revista Science ofrece nuevos argumentos sobre la existencia del ‘Homo floresensis’, tratándose de una especie de homínido extinta y desconocida hasta ahora. Aunque recordemos que sus detractores piensan que sólo se trata de un ‘Homo Sapiens‘ aquejado de microcefalia.
La clave serían los huesos que componen la muñeca del ‘hobbit’, ya que parece ser muy improbable que sean los de un hombre que sufriera una malformación congénita del tipo que sea, pues se asemejan a los de los primates y hominidos primitivos. Los investigadores aseguran que sería muy extraño que un defecto físico casual diera lugar a una morfología evolutivamente anterior (que el Homo Sapiens). Sería más probable que todo el organismo fuera una especie distinta, que guardaba parecidos con los homínidos anteriores.
Los huesos que sostienen este argumento son el trapezoide, el escafoides, y el capitate, situados en la unión de la mano con la muñeca, y sobre los que descansan los dedos índice y pulgar.
Nuevos argumentos a favor de que se trataría de una especie desconocida, sin duda, un capítulo más de la saga que mucho me temo no será el último.
Un grupo de científicos de Florida (EE.UU.) descubrió que las tortugas verdes, especie en peligro de extinción, ingresan en aguas profundas tras abandonar sus nidos en la playa y se alimentan en el mar de medusas antes de volverse vegetarianas.
Los científicos desconocían a dónde se dirigían las tortugas verdes una vez que abandonaban los nidos en las arenas de las playas. «Ahora al menos sabemos su hábitat y el tipo de alimentación, algo que nos guiará hacia donde tenemos que buscar», señaló en un comunicado Karen Bjorndal, profesora de zoología y directora de centro de investigación de tortugas marinas de la Universidad de Florida.
El descubrimiento sobre la dieta alimentaria y hábitat de las tortugas verdes se produjo tras analizar los elementos químicos integrados en el caparazón de los galápagos. Los investigadores de la UF capturaron 44 ejemplares de tortuga verde cerca de Gran Inagua, en Bahamas, de las cuales 28 habían sido en años anteriores marcadas y etiquetadas con indicaciones de que procedían de ese lugar.
Se trata de un hallazgo científico muy importante que puede «ayudar a la conservación de las tortugas en peligro de extinción», algo que es imposible realizar si no se sabe dónde están», dijo la zoóloga.
La tortuga verde se encuentra en peligro de extinción debido a la pesca irresponsable y al consumo humano de sus huevos y carne.
Fuente: EFE
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Cuando las ballenas empezaron a zambullirse desde la tierra hacia el océano hace cerca de 45 millones de años, carecían de la capacidad de orientarse a través de resonancia, es decir, encontrar e identificar objetos a partir de sonidos emitidos por ellas mismas y que posteriormente rebotaban en estos. Los fósiles demuestran que cerca de 7 millones de años más tarde, las ballenas dentadas desarrollaron esta capacidad.
Algunos biólogos marinos piensan que el desarrollo del sonar en ballenas dentadas allanó el camino para encontrar alimento en la oscuridad del océano profundo. La siguiente pregunta entonces sería ¿Cómo sabían las ballenas, que comían principalmente pescados, que allí, en las profundidades del oscuro océano existía una gran fuente de alimento?
Investigadores en la Universidad de California, Berkeley han dado con la respuesta, y por irónico que parezca, parece ser que la «culpa» la tienen los calamares gigantes. Estos biólogos marinos sugieren que el calamar gigante se topaba con las ballenas cuando ascendía en el nivel marino para después volverse a sumergir hacía las profundidades, práctica que han estado realizando durante cerca de 200 millones de años.
“Cuando las ballenas desarrollaron el sonar,” explicó Nick Pyenson, investigador de la Universidad de California, “permitió que se zambulleran más profundo para seguir a los calamares en las profundidades oscuras del océano, donde descubrieron una fuente rica del alimento que era accesible las 24 horas del día.”
Los cefalópodos, tales como calamar, son el recurso más abundante y que más energía aportan del océano y son uno de los platos preferidos de las ballenas dentadas.
Los detalles de esta sorprendente investigación han sido publicados en la revista Lethaia.
Una nueva investigación realizada por investigadores del Instituto Douglas de Montreal y publicada en la revista Molecular Psychiatry asegura que la felicidad humana, entendida como la capacidad para disfrutar de los placeres de la vida, depende del tamaño de las regiones subcorticales del cerebro. Además, esta investigación abre nuevas posibilidades a una detección más rápida de algunas enfermedades mentales, especialmente la depresión y la esquizofrenia.
Para llegar a esta conclusión, los científicos han analizado las reacciones de 29 voluntarios, determinando que el núcleo caudado, la zona del cerebro que aporta felicidad, es más pequeña de lo normal en las personas que presentan un nivel elevado de anhedonia, el síntoma de la infelicidad.
La anhedonia, es un síntoma claro de la depresión aguda y la esquizofrenia, originándose no por efecto de la depresión, sino por la pérdida de la capacidad de experimentar placer y de disfrutar de emociones positivas. Es la incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos.
Es la primera vez que se establece un vínculo entre la anhedonia y el volumen de una estructura cerebral, el núcleo caudado, además, este sorprendente estudio también arroja nueva luz sobre la depresión, al relacionarla con el volumen de una zona del cerebro.
El sábado pasado cayó un meteorito en la región peruana de Puno, cerca de la localidad de Carancas, situada unos 1.300 kilómetros al sureste de Lima, provocando un cráter de 30 metros de diámetro y seis de profundidad. Ahora, los habitantes de la región están preocupados por una supuesta emanación de una sustancia substància que está causando dolores de cabeza y problemas respiratorios.
«Existe la emanación de una sustancia que no podemos determinar, puede ser azufre o amoniaco» , dijo el director de Salud de Puno, Jorge López, al afirmar que hay un «peligro latente» de que puedan causar mayores problemas en la salud de los habitantes.
López explicó que un equipo de siete médicos del Ministerio de Salud de Perú ha sido desplazado a la zona para atender a los pobladores. También tomarán muestras del suelo y el agua para determinar de qué sustancia se trata y el grado de contaminación.
Para ver un vídeo de los efectos de este meteorito clicar aquí.
Y no sólo es grande, además tiene una enorme fuerza gravitatoria, para hacernos una idea, una persona que pesa 70 kilos en la Tierra pesaría en ese planeta alrededor de una tonelada.
El HAT-P-2b, que tiene un movimiento de traslación de sólo 5,63 días, se mueve en una órbita elíptica que lo acerca a casi cinco millones de kilómetros de su sol para alejarse luego a unos 15,3 millones de kilómetros. Su sol, es casi dos veces más grande y más candentes que nuestro Sol, y fue ubicado a unos 440 años luz en la constelación de Hércules.
Investigadores norteamericanos de la compañía Ambient en colaboración con el Instituto para la Rehabilitación de Chicago han desarrollado una silla de ruedas que se mueve con el pensamiento sin necesidad de un interfaz cerebro-máquina, según publica Newscientist y que podemos ver en el vídeo.
Para lograr esta hazaña, han ideado un sistema que capta las señales eléctricas enviadas a los músculos de la laringe, son estas señales las que le permiten descifrar las palabras en las que el paciente ha pensado mediante un ordenador, que luego se convierten en instrucciones para la máquina. Pero esto no es todo, ya que los propios investigadores aseguran que el sistema podría asimismo devolver la voz a determinadas personas que han perdido el habla.
La silla camina incluso si el paciente no tiene la capacidad de producir palabras coherentes, debido a un defecto físico como una coordinación muscular deficiente. La única condición es que el sistema pueda tener acceso al flujo que recorre el músculo de la laringe, lo que significa que esta tecnología no es válida para todo tipo de pacientes que usan silla de ruedas.
Lo más destacable es no depender de una interfaz neuronal, lo que abre un nuevo episodio de las relaciones hombre máquina y pone de manifiesto que no siempre es necesario un interfaz cerebro-ordenador, que se aplica en otros cometidos. Simplemente pensando en algunas palabras concretas como “adelante”, “despacio”, “derecha, etc., la silla es capaz de desplazar al usuario.
El deshielo causado por el calentamiento climático ha provocado que se convierta en navegable por primera vez la llamada ruta del noroeste, que une los océanos Atlántico y Pacífico a través del Polo Norte, según las observaciones efectuadas por los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Las imágenes recibidas han permitido ahora constatar que la reducción de la masa de hielo en el Polo Norte, ligado al calentamiento climático, permiten que ese paso sea navegable. Los expertos de la ONU en cambio climático auguraron que, al ritmo actual, el océano Artico se quedaría sin hielo en 2070.
La observación espacial también ha rebelado que la ruta del noreste, que bordea la costa de Siberia, se encuentra todavía bloqueada pero con una masa de hielo muy inferior a la de años anteriores.
En 2009, la Agencia Europea lanzará el CryoSat-2, dedicado a la observación de la criósfera, la parte de la corteza terrestre en la que se forma el hielo