Se que el título es polémico y muchos podéis tildar esta noticia de amarillista o con una clara intención de promocionar ciertos hábitos, nada más lejos de mi intención. Lo cierto es que se ha realizado un estudio al respecto en la Temple University. Si bien los resultados, bajo mi punto de vista, no son del todo concluyentes, tampoco se puede demostrar lo contrario.
Yo opino que los beneficios vienen dados al aumentar el bienestar que proporciona el contacto social. Juzgarlo vosotros mismos:
Según un nuevo estudio realizado por Joanna Maselko de la Temple University, han logrado relacionar la actividad religiosa como forma de proteger y mantener la salud pulmonar en los ancianos.
La “función pulmonar es un indicador importante de la salud respiratoria y general, al mismo tiempo, la actividad religiosa está emergiendo como un factor potencial que promueve la salud, especialmente entre los ancianos. Debemos determinar si existe una conexión entre estos dos hechos” dijo Maselko.
Usando el caudal espiratorio máximo (PEFR), los investigadores midieron la función pulmonar en 1.189 ancianos que abarcaban edades entre 70 y 79 años, encontrando que una actividad religiosa regular, al menos de una vez por semana, se asociada a una declinación pulmonar más lenta, conservando mejor las funciones respiratorias, en comparación con las personas que no iban a misa. Así mismo, los resultados no se podían explicar por diferencias en fumar o por practicar diferentes actividades físicas.
Durante el período de seguimiento (4,6 años de promedio), la PEFR cayó dos veces más en las personas que no concurrían a los servicios religiosos que los que sí lo hacían.
Las personas experimentan una disminución de la función pulmonar a medida que envejecen y la alteración pulmonar es un signo de alrama temprano de muchos problemas de salud, lo que convierte a la salud pulmonar en un indicador excelente del bienestar general, dijo Maselko. La asistencia a los servicios religiosos protege a las personas al proporcionarles una comunidad de apoyo, prosiguió.
Maselko y sus colegas han realizado el primer estudio para examinar este tipo de relaciones pero creen que se tiene que investigar más en esta dirección, ya que la actividad religiosa podía beneficiar la salud de diversas maneras, ir a la iglesia proporciona el contacto social y ayuda emocional, reduciendo el aislamiento que aflige a muchos ancianos y aumentando su bienestar psicologico.
Fuente: Temple University